Instrucciones

1Pon la leche de coco fría en un bol. En caso de estar usando crema de coco, retírala al completo de su envoltorio y retira el líquido que tenga en su interior.

2Pon en remojo los dátiles en agua caliente durante 10 minutos y después escúrrelos hasta que queden pegajosos y húmedos. Añádelos entonces a una batidora hasta que se queden en pequeños trozos. Después, lentamente añade agua caliente en la batidora y mézclalo todo hasta que quede una pasta más gruesa.

3Bate la leche o el helado de coco hasta que se cree una mezcla suave y cremosa. Añade el chocolate en polvo, el extracto de vainilla y la leche de almendra (de momento sólo la mitad de la mezcla) con los dátiles, hasta conseguir que se mezcle todo correctamente.

4Prueba la mezcla resultante y sazónalo a tu gusto. Añade ahora el resto de la pasta de dátil y ponle más cacao en polvo si lo consideras necesario. Como ingredientes opcionales recuerda que puedes añadir canela, café y nueces o otro fruto seco de tu agrado.

5Añade la mezcla en un papel de horno, y después ponla en un recipiente apto para el congelador. Cúbrelo poco a poco con un papel transparente y después coloca encima papel de plata. Por último, déjalo reposar toda la noche en el congelador.

6Antes de servir, tendrás que sacar el helado 20 minutos con antelación. Sírvelo usando una una cuchara a temperatura tibia y debajo del agua calentita. Para servirlo frío tendrás que mantener la mezcla en el congelador durante una semana.