Seguro que alguna vez en tu vida has sentido preocupación, estrés, agobio, ansiedad, tristeza… Pero, ¿cuántas veces has optado por comer para intentar mitigar estas emociones negativas? Seguro que más de una, no mientas, o por lo menos has sentido el deseo de hacerlo. ¿Y cuántas veces has comido chocolate para sentir alivio ante cosas que no podías, o no sabías controlar? Si tu respuesta es más de una vez, no te preocupes, a todos nos pasa. Esto es debido a que el chocolate es considerado como un alimento emocional. A priori no debes preocuparte por ello si se produce el consumo de chocolate como alivio de una manera moderada. Eso sí, deberás tomar medidas si empieza a afectar tu salud o desencadena en una adicción al chocolate. No lo tomes como algo sin importancia.
El chocolate es uno de los alimentos considerados emocionales porque a menudo se acude a él cuando sentimos hambre emocional, pero, ¿qué es exactamente esto?
¿Qué es el hambre emocional?
Según un estudio elaborado por la Universidad de Texas, se ha demostrado que existen dos tipos de hambre, el hambre física y el hambre emocional. El hambre emocional, como su propio nombre indica, viene desencadenada por las emociones. Cuando mitigamos un sentimiento o una emoción con comida es por culpa del hambre emocional. ¿Alguna vez has comido porque estabas aburrido?, ¿cuántas veces has sentido hambre cuando tenías estrés?, ¿o comido chocolate cuando estabas triste? Todo esto es debido al hambre emocional. El hambre emocional nos hace elegir alimentos específicos, normalmente dulces y chocolates, mientras que el hambre física nos hace tener hambre de cualquier cosa porque nuestro cuerpo necesita nutrientes.
Las diferencias entre el hambre física y el hambre emocional son muy claras, aunque a veces no queramos verlas. Si estás comiendo de manera emocional, aunque estés lleno seguirás comiendo para mitigar el sentimiento que te hace comer. El hambre emocional necesita ser respondida de forma inmediata, mientras que el hambre física puede esperar. ¿Alguna vez te has pegado un atracón de algo estando triste y después has tenido un gran sentimiento de culpa? Esto era hambre emocional. Tu cuerpo no necesitaba realmente este alimento, pero tu cerebro lo ha usado para intentar cambiar tu estado de ánimo, para canalizar una emoción a través del acto de comer.
¿Por qué el chocolate es considerado como un alimento emocional?
Ya hemos comentado muchas veces que comer chocolate libera sustancias en nuestro cerebro como la dopamina, un neurotransmisor causante de las sensaciones placenteras. Cuando sientes emociones como el estrés o la ansiedad es normal que nuestro cerebro busque soluciones, por lo que nos incentivará, mediante antojos, a comer chocolate porque nos produce placer. Es más, pensar en chocolate ya empezará a influir en nuestro estado de ánimo. He aquí la explicación de por qué comemos chocolate cuando estamos tristes: el hambre emocional.
Pero esto puede llegar a ser un problema cuando la acción de comer chocolate se asocia solamente a emociones negativas, porque comer emocionalmente se convierte en un hábito. De esta manera puede llegar a desencadenar problemas como los atracones por estrés, el sobrepeso o la adicción al chocolate.
¡Pero no todo es negativo! También se puede considerar el chocolate como un alimento emocional porque tiene la gran capacidad de levantarnos el ánimo. Si este se come de una manera saludable, moderada y consciente, nos aporta muchísimas propiedades positivas. Comer chocolate nos da energía, nos causa placer y esboza una sonrisa en nuestra cara.